jueves, 21 de junio de 2012

De por qué un título en periodismo no sirve para (casi) nada


Corría el año 1983. Yo tenía 17 años. Y me matriculé en la facultad de filología. ¿ La razón de mi elección? Mi entonces novio estudiaba filología inglesa. De hecho, yo tenía pensado matricularme en Bellas Artes,  pero el entonces novio me dijo aquello de “ con lo bien que hablas inglés, lo bien que escribes y el tiempo que podríamos pasar juntos…” . El novio no me duró apenas un año.

Dos años después mi compañera Laura, que estudiaba filología francesa, se sacó un novio que estudiaba periodismo. Descubrimos que en el bar de periodismo se lo pasaba una mejor que en el filología ( y en el de filología ya se lo pasaba una francamente bien), que se vendían más drogas y que había muchos más hombres ( en filología éramos tropocientas mujeres, varios homosexuales y dos heteros que fueron muy felices y follaron mucho aquellos cinco años). Entonces a Laura se le ocurrió la idea preclara ¿ y si hacíamos las dos carreras a la vez? Total, nos convalidaban varias asignaturas. 

Llevadas por tan honestos ideales, nos matriculamos en periodismo.

Periodismo era mucho, pero mucho más fácil que filología, donde va a parar. De hecho yo tuve unas buenísimas notas sin prácticamente pisar un aula. Porque pronto me puse a trabajar en Nuevos Medios ( una compañía discográfica) y ya no me daba tiempo a pasarme por allí. Pero  no tuve mayor problema en sacar ambas carreras. Laura tampoco.

Cuando mi sobrino Jorge me anunció que iba a estudiar periodismo, yo me puse fina: “ Pero… ¿ tú estás loco, chaval?  ¿Con lo inteligente que tú eres? ¿ Quieres ir al paro de cabeza?” Me lo recuerda a menudo. Jorge habla cuatro idiomas ( inglés , español y alemán a la perfección, y desde que tiene novia francesa, también francés), escribe como los ángeles, es super inteligente… Y está trabajando  de portero. No “portero” como Casillas, no. Portero en un bloque de apartamentos. Cobra mil y pico  euros ( es una sustitución). En El Mundo le ofrecían trescientos.

Me decís que a vosotros os pidieron el título de periodismo para trabajar. A mí no me lo hana pedido en la vida. De hecho, nunca fui a buscarlo. Y he trabajado para ABC, El Mundo, Onda Cero, Rolling Stone, Antena 3. La Vanguardia … y muchos otros medios menos conocidos. 

Ahora repasemos las plantillas de El Mundo, La Vanguardia y El País. En nacional hay muchos que han estudiado Ciencias Políticas. En Internacional puedes encontrar a gente que haya hecho Relaciones Internacionales ( eso era lo que estudió Isabel Sartorius y trabajó varios años en El Mundo), en Cultura por supuesto encuentras filólogos, historiadores, y algún que otro sin carrera ninguna.  En Gente, no sé quien hay porque no pregunto. Los críticos taurinos nunca que yo sepa son licenciados en periodismo ( no , al menos, los que yo conocí en su día)  Diego Manrique, el Periodista Musical por antonomasia y con mayúsculas, estudió Derecho.  ¿ Hay licenciados en periodismo? Supongo, claro.

Vayamos a la radio. El técnico del programa en el que colaboro estudió sonido, creo recordar que en el TAI. La mayoría de los colaboradores del Gabinete no han estudiado periodismo. Hay filósofos, abogados , un pintor… Los que llevan la sección de crimen y misterio… Tendría que investigar, pero creo que tampoco. La sección de economía la lleva un economista ( muy bueno, por cierto)...

Vayamos a la tele donde trabaja mi marido. El estudió Económicas, y su jefe, según creo recordar, también. Su productora estudió  Bellas Artes. Una de las redactoras, que ya se fue, también había estudiado Bellas Artes. Los Cámaras suelen haber estudiado Realización,  así como la mayoría de los técnicos. ¿ Hay licenciados en periodismo? Supongo, pero no los he encontrado.  El programa de libros lo presentaba en su día  Joan Barril, periodista estrella en Cataluña que creo recordar que  también estudio Filología o Filosofía ( que alguien me corrija si me equivoco)

En programas de Antena · y Tele 5 en los que yo he colaborado he visto de todo. Productores licenciados en Económicas ( es bastante común, porque deben gestionar dinero). Redactores que habían hecho Historia ( y hacían su trabajo con competencia y profesionalidad) , presentadoras que habían sido modelos, colaboradores de las secciones “serias” que eran abogados o economistas,  y de las secciones de corazón que no tenían titulación alguna, por no decir que venían de Gran Hermano.  Cámaras y técnicos venidos de la Escuela de Cine o del TAI, algunos licenciados en Imagen y Sonido ¿ Algún licenciado en periodismo? Sí, los puestos más bajos del escalafón, los redactores que cobran menos o los becarios.

Me decís que os han pedido el título de periodismo para empezar a trabajar. Lo creo. Pero todo lo que estoy contando es verdad.

Por lo tanto la profesionalidad de Sara Carbonero no depende de su título.  Diego Manrique, repito, estudió Derecho, y creo que es el mejor, o uno de los mejores, periodistas musicales de España.

Espero que os haya quedado claro, un tuit no da para explicarse bien. 

1 comentario:

  1. Con tanto intrusismo no me extraña que el periodismo en general esté que da verdadera pena: artículos que parecen escritos por un niño pequeño (especialmente por la cantidad de faltas de ortografía que hay), pésima redacción (se cuentan las cosas pero no se explican) y, lo más grave: no se contrastan las fuentes. Resultado: periodismo de dudosa credibilidad y calidad. Tal vez si toda esa gente se molestase en aprender algo sobre aquello de lo que ejerce sabrían hacer bien su trabajo.
    Lo que más se critica de Sara Carbonero son sus conocimientos sobre fútbol: escasos y en ocasiones tirando a regulares. También se critica que no es periodista ya que puestos a contratar a alguien sin la carrera, al menos que contraten a una persona que sepa de lo que habla.
    Lo de tener un buen físico es divertido pero no suficiente. El problema viene cuando salen arrugas que entonces la gente que antes te miraba por lo 'buena/o' que estabas, deja de hacerlo porque no eres atractivo para la vista y es cuando se recurre a los verdaderos profesionales: aquellos que incluso siendo periodistas, conocen aquello de lo que hablan y cuya profesionalidad es su mejor aval.
    Insisto (y es una simple opinión): a mí esta chica no me convence, no porque no sea periodista, sino porque su forma de contar las cosas no me llega. Y eso en un comunicador es problema que debería tener en cuenta.

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